sábado, 19 de mayo de 2012

Capítulo 1.



              Una mañana de mayo, en un lugar de Londres.


 Hola a todos, mi nombre es Susana, y tengo 17 años. Me gusta todo lo que tiene que ver con la música y el arte.
Era una chica estudiosa, con una media de sobresaliente, familia perfecta, con su chico ideal, hasta que un día llegué del instituto y me llevé una gran sorpresa. Mi gran pequeña hermana, Alicia, vino corriendo llorando hacia a mí, me preocupe bastante al verla llorar de esa manera.

  -Susana, tu padre y yo tenemos que decirte algo. Con la voz con la que pronunció esas palabras mi madre, me puso aún más nerviosa. -Sabes que tu padre y yo últimamente hemos tenido un par de discusiones y hemos tomado una decisión pensando en el bien tuyo y de tu hermana... 

Cuando iva a acabar la frase sonó el tiembre de la puerta. Era a la que llamo yo Mi Mejor Amiga; Katina. A Katina la conozco yo desde hace un par de años, hemos pasado muchos momentos juntas, nos hemos ido de vacaciones juntas, ido a esquiar, etc. Llegó en el momento oportuno. Estaba segura que mis padres me ivan a dar una mala noticia, y era justo la persona que necesitaba en esos momentos ya que mi novio, Franco, se ha ido por un mes de vacaciones a Barcelona. 

  -Katinaa! Gracias por venir, mi madre me va a decir algo y creo que no me va a gustar mucho. Le dije en bajo, para que mi madre no lo escuchase.
  -Hay dios, y que te querrá decir? Me dijo muy sorprendida.
  - No lo sé. Le contesté -Pero vamos que está esperando en la cocina.

Yo y Katina nos dirigimos hacia la cocina donde se encontraban mis padres y mi hermana pequeña. Katina les saludó y las dos nos sentamos en la silla. 

  -Bueno hija. Continuó mi madre. -Como te iba diciendo, estos últimos meses habrás notado que discutimos mucho y lo que hemos decidido ha sido separarnos, no queremos que nuestras hijas sufran por nuestra culpa. Tu padre y yo lo hemos estado hablando y preferimos que tú y tu hermana decidáis con quien quedarse, tu padre va a regresar a Madrid con su familia, y yo me voy a Italia con la mía. Decidáis lo que decidáis lo comprenderemos como personas adultas que somos.

Yo me quedé inmóvil, sin saber que decir ni que pensar, pasaron dos minutos y nadie decía nada. De repente salí corriendo del lugar de donde estaba y subí a mi habitación y cerré de un portazo, me tiré en mi cama y me puse a llorar.

              En ese mismo momento, en lugar de Londres.

  -Voy a ver como ....- Katina que sabía lo que iva a decir, se levantó y se puso delante de ella.
  -Mejor voy yo, Sra. López usted tranquila que voy a ver lo que puedo hacer.- Y salió de la cocina de camino a mi habitación.
Papá que estaba observando la situación, salió al patio y encendió un cigarro. 
  -Te dije que no se lo deberíamos a ver dicho, nos deberíamos haber divorciado sin que se enterasen, yo me iva a Madrid por "asuntos de trabajo" y tú te quedabas con tus hijas.
  -Claaaro, ¡¿Con MIS hijas?!, ¡te recuerdo querido, que no sólo son mías, que son tuyas también! Mira, no quiero seguir discutiendo, lo echo, echo está, no podemos hacer que el tiempo vuelva atrás.


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